“Mataron a tiros a mis 5 amigos”; cazadores se vengan de mujer

Esta es una de esas historias que enfadan. Si es lector sensible al maltrato, se recomienda discreción.

El País reportó que el pasado día de Reyes sujetos masacraron cinco de los perros de la británica, desaparecieron un sexto y apalearon a su caballo en la cabeza que lo dejaron a punto de perder un ojo.

Illona dio a conocer que vive desde hace 13 años en finca de 173 hectáreas a cinco kilómetros del pueblo de Caniles, Granada.

En el lugar existe la Sierra de Baza donde proliferan pinos, encinas, liebres, ciervos, zorros y jabalíes. Según palabras de ella, llegó ahí para encontrar un lugar con paz, aunque padeció la “personalidad más oscura de la España profunda”.

“Desde que decidí prohibir que se cazara en mis tierras he sufrido todo tipo de insultos. Me han parado por la calle, me han intimidado a mí y a mi hija y hasta falsificaron mi firma en unos documentos oficiales para que constara que sí permitía que entraran a cazar en mis tierras”, explicó Illona.

Tras la masacre de sus animales perdió nueve kilos por la crisis nerviosa y estado de “shock” en que el suceso la dejó.

Denunció que los cazadores esperaron a que fuera Reyes, un día festivo, para que no hubiera tanta seguridad y policías.

Contó para el periódico español que no sabe cómo explicar a su hija como “seres inocentes” han sido castigados con tanta crueldad.

Aquella mañana de Reyes su hija se entretuvo un poco con los regalos e IIlona recibió la llamada desesperada de Mandy, amiga de ella. Los perros estaban muertos. Salió corriendo y encontró la horrible escena con sus perros con disparos en la cabeza o cara.

Los perros eran la tímida mestiza Dizzy; Coco de dos años; Maisie, cachorro de dos meses.

Encontró a Jack, pastor alemán, con disparo en la boca. Domingo de tres años con otro disparo en la cara, quien vivió hasta la mañana siguiente. Rocky, su perro de dos años, desapareció.

La mujer tiene otros cuatro perros que lograron escapar del ataque.

Sobre su caballo Roco, dijo que “si oye una voz masculina se pone a temblar”, que “era encantador y ahora está destrozado”.

Los cazadores incluso tuvieron la sangre frías para no dejar rastro y recoger los casquillos de las armas y protección de la naturaleza de la Guardia Civil sólo encontró proyectil calibre 22 de arma corta en uno de los perros.

“Eran todos tan buenos... Eran perros que habían sufrido mucho y ahora estaban bien, cuidados. Es muy injusto. Lo único que quiero es que me dejen vivir tranquila y que se haga justicia”, concluyó la mujer destrozada, quien hasta ofrece recompensa por cualquier pista para dar con los responsables, y ahora, está más convencida de mantener el veto de caza.