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FELIZ AÑO NUEVO! 2017

Mensaje de Año Nuevo de Mons. Martín Dávila Gándara a sus feligreses y lectores.

Por: Redaccion 01 Enero 2017 13:54

A los católicos, a mis feligreses, y lectores, les saludo al comienzo de este Año Nuevo, y les deseo de todo corazón la bendición de Dios para todos ustedes y sus familias.

En este Año, les deseo vida de paz y tranquilidad, y libre de toda suerte de desventuras, que les permita prepararse para la vida eterna; pero ante todo solicito al Señor que les conceda su santa gracia.

Les deseo, ante todo, la gracia de Dios, esta admirable participación de la divina Naturaleza, don sobrenatural de más precio que todos los bienes temporales, frágiles, vanos y engañosos.

También, les deseo, las gracias actuales, que nos son necesarias para poder cumplir nuestros deberes como cristianos, son éstas las que nos podrán llevar a gozar del Señor en la gloria eterna.

Aparte de estas dos gracias importantísimas en la vida del cristiano. Le solicito al Señor que les conceda tres gracias más:

La Gracia de la Conversión.

Convirtamonos sin tardanza. Escuchemos pues, en este día, la voz de Nuestro Señor, y procuremos con su ayuda ablandar la dureza de nuestro corazón. Recordemos que nuestra vida está pendiente de hilo. Y Dios no nos dijo el momento en que cortará este hilo. Por lo mismo, consideremos que podemos morir en todas las edades. Por lo tanto, debemos prepararnos.

Convirtamonos seriamente. Porque ¡Cuántos lazos nos hacen esclavos de este mundo! ¡Cuántos obstáculos nos estorban el pleno y entero retorno a Dios! Por ejemplo: olvidar a Dios, la oración, y de la santificación de las fiestas; la desobediencia, el odio, el espíritu de venganza, el deseo de enriquecernos, la impureza, el orgullo, la cólera y otros tantos más.

Convirtamonos completamente. Inmolemos, sobre el altar de Dios, todas las pasiones que anidan en nuestro corazón.

La Gracia de la Perseverancia.

No basta que nos convirtamos sin tardanza, seriamente, enteramente, sino que es preciso permanecer en la amistad de Dios. Por lo mismo, solicito, pues, al Señor para todos ustedes la gracia de permanecer en el “amor de Cristo”, como dice San Juan XV, 10.

Quien perseverare hasta el fin, éste será salvo. Porque ¡Cuántos comenzaron bien, y luego, por Satanás, detuvieron el camino de la virtud, retiraron sus buenos propósitos, y abandonaron la ley del Señor!

Por eso, les recuerdo lo que dijo San Pablo que debemos permanecer varonilmente en la fe. Ya que sólo tenemos alma, ¡y hemos de salvarla a toda costa!

Por lo mismo, vivamos con sobriedad, con piedad y con justicia, según nos exhorta hoy nuestra Santa Madre la Iglesia por boca de San Pablo (Tit., II, 12), de este modo aguardemos la bienaventuranza esperada y la llegada de Jesucristo, Dios y Salvador nuestro.

La Gracia del Apostolad0.

Dice el libro del Eclesiástico XVII, 12: “Dios nos manda a cuidar a su prójimo”. ¡Acordémonos de nuestros hermanos! Que la gracia de Dios, nos sea dada. Y ¡llenémonos de celo y del espíritu de apostolad0! ¡Seamos apóstoles!

La misión del cristiano reviste varias formas: Hay de la palabra, de la prensa, del buen ejemplo, y de la oración.

Esta misión nos obliga a todos los católicos, tanta a los sacerdotes como a todos los fieles si excepción, tenemos la obligación de trabajar por el reino de Cristo. Así como decía el Papa Pío XI.

En este Año Nuevo, aparte del deseo de las gracias que mencionamos. Les deseo, también, la Verdadera Paz, o sea, la paz que nos viene del Señor.

He aquí mis votos y deseos, para todos ustedes hermanos míos, que aunque son breves, pero abundan en sentimientos preciosos. Los cuales deposito en el altar de Jesús y de María, para que ellos los bendigan y les den valor.

Por último espero, que este año sea para todos, año de felicidad, de amor y de paz, a pesar de todas las turbulencias que nos aquejan de todo tipo.

Pidamos al buen Dios, que nos llene de paciencia, de salud, de santidad, y de gozo. Para que suceda como dice San Pablo: “Que la gracia y la paz de Dios sea con nosotros”.

¡Feliz Año 2017! Con cariño les envió mi bendición Episcopal.

Sinceramente en Cristo

Mons. Martín Dávila Gándara

Obispo en Misiones


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