No solo el Xoloitzcuintle, estas razas de perritos son 100% mexicanas

La Organización Canina Mundial, dio a conocer que de las 356 razas de lomitos que tienen registradas, las cuales están divididas en tres secciones:  Europa, Americanas y el Caribe; y Asía, África y Oceanía.

En estas secciones se pueden ver los registros del árbol genealógico de los perros y en ellos podemos ver a los que son 100% mexicanos y que fueron “evolucionando”, a los extintos y a los que continúan existiendo.

Según la Organización Canina Mundial y la Federación Canófila Mexicana, las razas de perritos que son 100% originarias de México son:

• Xoloitzcuintle.- Data de la época prehispánica, no tiene pelo y se pensaba que guiaba las almas de los difuntos al Mictlán y que fue enviado por el dios del fuego Xolotl, de ahí que su nombre sea Xoloitzcuintle

  

• Pitbull mexicano.- También conocido como “Chamuco”, tiene sus orígenes en México de los años 70, es una cría de manera clandestina ya que era usado en peleas de perros, lo que ha hecho que tengan mala fama cuando sólo necesitan buen entrenamiento

  

• Chihuahueño.- Es considerado una de las razas más pequeñas del mundo y su ancestro es el Techichi, el cual ya está extinto y que se cree era fiel compañero espiritual para los toltecas. También se cree que tiene de antepasado al zorro fenec, el cual es originario de África y Arabia

  

• Crestado chino.- Es originario tanto de México como de África y se caracteriza por no tener mucho pelo en la zona del tronco de su cuerpo pero si en la cabeza, patas y cola

  

• Calupoh.- Este perro es milenario ya que es un híbrido entre un lobo y un perro. En Teotihuacán se han descubierto muchos vestigios de este perro que datan de hace más de 700 mil años. Se le asociaba con la fertilidad y la guerra y es la raza de perro mexicano más grande hasta el momento

  

• Perro maya o perro de nariz corta.- Es una raza extinta, poco se sabe de estos animales salvo que eran de los territorios mayas, que medían unos 40 centímetros de altura y que tenían un hocico achatado