Ser la primera mujer presidenta es un símbolo de transformación: Clau

"Ser la primera mujer presidenta es un símbolo, pero ahora no se debe quedar solo en eso", comentó Sheinbaum, refiriéndose a la reforma constitucional que ha permitido avances significativos en la protección de los derechos de las mujeres. Recordó que, tras las reformas, se han aprobado todas las leyes secundarias que garantizan la igualdad sustantiva de género, pero advirtió que es crucial que estas no queden "en letra muerta", sino que se cumplan de manera efectiva.

En su discurso, la mandataria destacó cómo las mujeres, a lo largo de generaciones, han enfrentado limitaciones en su participación en la vida política, pública y privada. "Crecimos con la idea de que teníamos una participación limitada, no solo en política, sino también en otros espacios de la vida", señaló, haciendo referencia a la carga histórica que recayó sobre las mujeres, especialmente en el trabajo doméstico.

Sheinbaum enfatizó que la llegada de una mujer a la presidencia no solo es un logro personal, sino el reconocimiento de un movimiento de transformación en México. "Este momento que estamos viviendo es un reconocimiento de la dignidad de nuestro pueblo, que fue discriminado durante el periodo neoliberal, y de que las mujeres podemos soñar y aspirar a ser lo que queramos", agregó.

La presidenta también destacó la importancia de empoderar a las niñas y jóvenes, dándoles el derecho de soñar y luchar por sus metas sin que la sociedad limite sus aspiraciones. "No se nos debe negar la posibilidad de soñar", dijo, señalando que este cambio es crucial para una sociedad más igualitaria. En este sentido, Sheinbaum resaltó que su ascenso a la presidencia es un mensaje tanto para las mujeres como para los hombres: "Es una enseñanza de que las mujeres estamos en el mismo nivel, que no hay más ni menos por el solo hecho de haber nacido mujer o hombre".