Posverdad

Sin sorpresas, pero con mucha intención, Cruz Pérez Cuéllar comenzó a delinear el equipo que lo acompañará en su segunda administración. El primer nombramiento, Héctor Ortiz, no generó revuelo, pero sí reafirmó la lealtad que el alcalde valora en su círculo cercano. Ortiz, abogado de la familia y camarada en incontables batallas políticas, continuará al frente de la Secretaría del Ayuntamiento, asegurando que la confianza y la experiencia sigan siendo la columna vertebral del gobierno municipal.

El segundo movimiento fue más estratégico: Enrique Licón Chávez, quien no solo sacó adelante las obras emblemáticas de la administración anterior, sino que también demostró su habilidad como coordinador de campaña, ahora asumirá el rol de Coordinador de Directores. Este puesto, lo coloca en una posición de supervisión directa, le permitirá a Licón llevar un control férreo sobre los directores municipales, desde asegurarse que cumplan con su horario hasta garantizar que los reportes diarios estén en orden. En pocas palabras, será el que los tenga “cortitos”.

Este nombramiento ha dado mucho de qué hablar en la grilla política, ya que es una señal clara de que Cruz está dispuesto a delegar la supervisión operativa, permitiéndole concentrarse en mirar más allá, hacia los retos y oportunidades que se presenten en los próximos tres años. Los movimientos estratégicos apenas comienzan, y mientras Ortíz y Licón pueden respirar tranquilos, otros deben prepararse para mantener el ritmo o ser reemplazados.
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Cruz Pérez Cuéllar ha decidido darle un giro inesperado a su Tercer Informe de Gobierno, rompiendo con la solemnidad habitual que caracteriza este tipo de eventos. Atrás quedarán las caras serias, los lugares VIP, y la vestimenta formal que tanto se asocia con la política tradicional. En su lugar, el alcalde planea convertir la tarde-noche del próximo domingo en una auténtica fiesta popular, al estilo de la 4T.

La velada promete ser un espectáculo cargado de música que invite al baile, pirotecnia, y, por supuesto, discursos que, más que amenazadores, resonarán con ese tono de cercanía que tanto gusta a la base morenista. Pero la verdadera sorpresa será un show de drones, donde 200 de estos artefactos tecnológicos iluminarán el cielo de Ciudad Juárez, escribiendo las frases más emblemáticas de Cruz y dibujando figuras que representan el espíritu fronterizo.

El mensaje del tercer informe también promete ser distinto, aunque hasta ahora, los detalles están bajo llave. Lo que es seguro es que este evento no pasará desapercibido, ni por su audacia ni por su simbología. Cruz busca no solo rendir cuentas, sino también conectar de manera directa y emocional con la gente, dejando claro que, para él, la política se vive con el pueblo y no desde el púlpito.