La visita de Zoé Robledo a Ciudad Juárez, aunque discreta, tiene implicaciones profundas para la región fronteriza, donde el IMSS busca reducir las históricas deficiencias en infraestructura de salud. 

La supervisión del nuevo Hospital Regional General No. 2, en los terrenos del ex Hipódromo, marca una inversión de 2,740 millones de pesos y la promesa de una atención integral para más de 432 mil derechohabientes, abarcando desde consultas externas hasta especialidades de alta complejidad como oncología y cardiología pediátrica.

El hospital, que comenzó operaciones en agosto, representa un esfuerzo significativo del Gobierno Federal para acortar la distancia en atención médica que enfrentan los ciudadanos de la frontera.

Robledo aprovechó su recorrido también para visitar la Guardería Infantil Loon A.C., mostrando un enfoque integral hacia el bienestar de los derechohabientes y sus familias. 

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La despedida de Ken Salazar no pasó desapercibida, y menos cuando aprovechó para lanzar una última crítica directa a la política de seguridad del gobierno mexicano, en especial al enfoque de “abrazos, no balazos” de López Obrador. 

Salazar no sólo señaló que la administración de AMLO rechazó el apoyo de seguridad de Estados Unidos, incluyendo la colaboración de la DEA, sino que también dejó entrever un distanciamiento en términos económicos, con 32 millones de dólares en inversiones bloqueadas. Así, su salida marca un cierre frío entre ambos países.

La postura de Salazar sigue la línea que antes delineó Christopher Landau, el anterior embajador, quien durante su mandato bajo Trump alertó sobre la presencia de un “gobierno paralelo” en manos del narcotráfico en diversas zonas del país. 

Fue una declaración que en su momento levantó polémica, pero que ahora resuena con las palabras de Salazar, haciendo eco de una preocupación constante y bipartidista en Estados Unidos respecto a la seguridad en México.