¿Por qué pagamos impuestos?

* Origen de los impuestos
* Obligación en México
* Sentimientos de la Nación: Se quite la infinidad de tributos
* Para satisfacer salud, seguridad, educación, otros
Por: Redacción 08 Marzo 2025 10:31
Por Héctor G. Aguilar.
1. Antecedentes
El mes de abril de cada año, nos recuerda y nos hace estar más conscientes a los mexicanos, de la obligación que tenemos ante el Servicio de Administración Tributaria, de pagar impuestos, a través de la presentación por parte de las personas físicas de la declaración anual en materia del impuesto sobre la renta.
Es indudable que la mayoría de todos nosotros, tratamos de cumplir bien y en tiempo, con el fin de estar en buenos términos con el SAT; en este proceso y para fines del cumplimiento razonable, se deben aplicar y convergen diversos procedimientos y disposiciones fiscales, dependiendo del tipo de actividad que se desarrolla (servicio personal subordinado, actividad empresarial, arrendamiento, etc.).
Sin embargo, en esta intención de cumplir, pocas veces hacemos un alto, para preguntarnos, el ¿por qué estamos obligados a pagar impuestos?
Responder a este cuestionamiento es el objeto de este breve trabajo.
2. El Origen
Como lo han señalado diversos estudiosos, la más antigua de las sociedades y la única natural es la familia. Estas familias, en la antigüedad, fueron asentándose en territorios despoblados; posteriormente llegaron otras familias que se asentaron cerca de la inicial y así sucesivamente; estos grupos de familias al ir creciendo dieron origen a tribus, después a pueblos y finalmente a ciudades.
El por qué distintas familias decidían vivir en conjunto, ha sido respondido de diversas maneras por diversos filósofos:
- Para Jean-Jacques Rousseau, la unión, pretendía un objetivo de utilidad pública: ser más fuertes como sociedad para generar un estado de bienestar para los integrantes; esta idea se alinea, a su pensamiento acerca de que la naturaleza de las personas es esencialmente buena.
- Por el contrario, para Thomas Hobbes, la unión ocurría por la necesidad de ser más fuertes para hacer frente a los ataques de otros grupos de familias. Considerando que a este pensador se le atribuye la frase “homo homini lupus” (“el hombre es el lobo del hombre”), este pensamiento se alinea con su idea de que el estado natural del hombre es una lucha constante contra su prójimo.
Las interacciones entre estas familias y los individuos que las integraban (independientemente de la razón para unirse: para bienestar o para protección), se fueron haciendo más complejas y diversas, por lo que vieron la necesidad de contar con un ente que, entre otros aspectos:
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Protegiera la propiedad personal;
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Dirimiera controversias;
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Estableciera un orden; y
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Administrara justicia.
Así, en aras de la subsistencia de esas comunidades, los individuos que las integraban voluntariamente renunciaron a gobernarse a sí mismos y cedieron su poder a un ente denominado “Gobierno”, que es absoluto, soberano que representa a todos y es capaz de garantizar la paz y el orden.
Sin embargo, ese “Gobierno” o “Poder” no genera por sí solo riqueza; por ello, para funcionar y poder llevar a cabo las actividades para la cual fue creado por las comunidades, los miembros de esas comunidades deben realizar aportaciones para su sostenimiento.
Hoy en día, esas aportaciones que los ciudadanos deben pagar al Gobierno para que funcione y satisfaga necesidades de la colectividad, las conocemos genéricamente como impuestos, aunque técnicamente se denomina contribuciones y se clasifican en:
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Impuestos. Contribuciones distintas de las aportaciones de seguridad social, contribuciones de mejora y derechos;
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Aportaciones de Seguridad Social. A cargo de quienes son sustituidos por el Gobierno, en la prestación de servicios médicos;
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Contribuciones de Mejora. A cargo de quien se beneficie de manera directa por obras públicas (como la pavimentación de calles); y
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Derechos. Pagos por servicios prestados por el Gobierno en su carácter de derecho público (expedición de licencias, actas de nacimiento, pasaporte, etc.).
3. Obligación en México
En nuestro País, la obligación motivo de este trabajo, se encuentra contenida en el artículo 31 fracción IV de la Constitución vigente que dispone:
“Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos:
…
IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de México y del Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.”
Esta obligación de contribuir el gasto público vía contribuciones obedece a una doble necesidad:
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Primera Necesidad: La de la sociedad de que le satisfagan necesidades (de seguridad, salud, educación, entre otras); y
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Segunda Necesidad: La del Gobierno de satisfacer dichas necesidades.
En esta misma idea de aportar al sostenimiento del Gobierno, es importante recordar lo que José María Morelos y Pavón en su documento “Sentimientos de la Nación”, del 14 de septiembre de 1813 señaló al respecto:
“Se quite la infinidad de tributos, pechos e imposiciones que más agobian, y se señale a cada individuo un 5% de sus ganancias, u otra carga ligera, que no oprima tanto como la alcabala, el estanco, el tributo y otros, pues con esta corta contribución y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo, podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de empleados”
Hace 212 años, Morelos, contemplaba temas torales en la implementación de impuestos a cargo de la población:
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Se eliminen la infinidad de tributos;
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Que representen una carga ligera para el contribuyente; y
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Que exista una buena administración de los mismos por parte del Gobierno.
Así, a 212 años de lo expuesto por Morelos, ¿podemos los mexicanos afirmar que las contribuciones que entregamos al Gobierno, como parte de nuestra obligación de contribuir al gasto público, son pocas? ¿Son ligeras, en cuanto al porcentaje que representan de nuestros ingresos? ¿Son bien utilizados o administrados?
Preguntas nada sencillas de responder y que merecen ser abordadas en un escrito en lo especial.
Elaborado por M.D.F. Héctor G. Aguilar, integrante de la Academia Chihuahuense de Estudios Fiscales, A.C., representa su opinión