Empiezan a drogarse en primaria a los 7 años y terminan presos: Trillo

Video | Entrevista con Mario Trillo.

En el programa Réplica con los conductores Martín Zermeño y José Antonio Enríquez, para TIEMPO.COM.MX, compartió un poco de los testimonios de menores infractores que incluyen en el libro.

• ¿Quién es Mario Trillo?

Retirado como corredor, “surge esta idea de llevar las historias de estos jóvenes del Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (Cersai), soy docente de estas personas” y “después de un año conviviendo surge esta idea de hacer entrevistas a los menores”.

‘A ti sí, profe’ le dijeron los menores. “Surge de llevar las historias, sacarlas de las cuatro paredes, demostrarle a Chihuahua la realidad de la que nadie ha querido hablar”.

Se drogan en primaria.

Las drogas “definitivamente es un factor”, “no hay una religión, fuera de estos cultos negros.

A los 7, 8 años la mayoría comenzaron a consumir drogas. Estamos hablando de niños de segundo grado de primaria. El libro se titula ‘Cuando el silencio estalla’ porque dónde estamos como maestros o padres de familia para no saber que nuestro hijo se droga en el baño de la escuela. Es poner focos rojos en la realidad. Es nuestro entorno inmediato sí podemos corregirlo.

“Se enfocan en los malos modelos, en el jefe de la pandilla, en lugar del que mete los goles o toca bien la guitarra”.

Todos con familia desintegrada.

Lo que más le impactó a Mario fue: “Todos comparten lo mismo, una familia desintegrada, ausencia de padres en cualquier caso -por abandono o muerte natural-, los catorce tienen esa coincidencia”.

“Lo duro es que son adolescentes, adolecen de experiencia. Tienen el pensamiento ‘hice este crimen y bueno, ya ni modo’. No sé si sea proyectarse una carátula, sufren, estoy seguro que sí. ¿Oye te arrepientes de algo? ‘No’”.

El deporte y la cultura es la “única manera” que tienen los jóvenes de salir de la indisciplina, algo que experimentó Mario Trillo en atletismo. “Es la única manera de alejarnos de los malos vicios”.

Salen de la cárcel, vuelven donde empezó todo.

Un entrevistado que salió del Cersai comenta en el libro ‘no tengo trabajo, tengo oportunidades, regreso a la casa donde pensó todo, con el círculo de amigos con el que empezó todo’.

“Es el hoyo que hay que tapar, el después (de salir). Porque durante encierro (en Cersai) sí hay oportunidades, actividades necesarias para regenerar ese entorno social. Pero al salir, hay un bache grande. Donde todo eso es borrón y cuenta nueva, y no hay un seguimiento”.

"Sería una alternativa considerable brindar oportunidad de empleo, escuelas, el seguimiento de la rehabilitación". 

Ya no son de la periferia, son de colonias céntricas.

“Son jóvenes de 16, 17 años no pueden escribir. Se pudiera comprender que vengan de la Sierra o un lugar donde no llega la luz del sol. Estamos hablando jóvenes de colonias populares, ya no de la periferia, prácticamente céntricas en la ciudad, donde no tuvieron esa oportunidad de ir a la escuela. Ahí influye la familia, ¿dónde estaban los papás? Porque un niño de seis años no dice ‘yo quiero ir a la escuela’. Hay que mejorar el tejido familiar”.

“Los crímenes inician en la casa, el criminal tiene casa, los crímenes se incuban o los deshacemos en el hogar”.

Redes sociales.

No hay supervisión de lo que ven los adolescentes en sus cuartos en sus celulares hasta altas horas de la noche.

“Un muchacho que entrevisto se desvelaba, encontró videos sádicos en Internet, muy fuertes. Decía ‘me llamaba la atención, me desvelaba a las 3, 4 de la madrugada viendo esos videos’”.

“Empezó a decir ‘qué se sentirá hacer eso’. Imaginen cómo le despertó ese gusanita ‘¿qué se sentirá hacer lo que estoy viendo en mi celular?’ y al final platica qué se siente porque… lo hizo”.

Creen ‘a mí no me va a pasar’... terminan presos.

“Ahí surge ¡todo!. La familia es la sociedad más pequeña, si está descompuesta ya no podemos partir más adelante”.

“Obviamente no consuman drogas, adquieran mi libro, que lo vean a manera de prevención, que digan ‘esto podría vivir si continúo con esta conducta’. Veo jóvenes que creen ‘yo me las como ardiendo’, ‘a mí eso no me va a pasar’ y esa es la creencia más grande que tienen los muchachos: ‘a mí eso no me pasa’, porque se creen que se comen el mundo y me da tristeza recibirlos en el Cersai, ser su maestro. No consuman drogas, es un factor determinante de las conductas y sí recomiendo ‘Cuando el silencio estalla’”.