La URSS espió a EU por 7 años con micrófono sin fuente de energía
Durante al menos 7 años la Unión Soviética escuchó innumerables conversaciones en la embajada estadounidense con un micrófono indetectable, que fue puesto a modo de caballo de Troya.
Por: Redacción 08 Noviembre 2019 18:05
El 4 de agosto de 1945, el embajador estadounidense en la URSS, Averell Harriman, visitó el campamento juvenil de Artek, donde recibió de un grupo de pioneros organización soviética de tipo scout un regalo especial: una talla de madera exótica en forma del Gran Sello de EE.UU.
Tras un examen de la impresionante obra por los servicios de seguridad, el halagado enviado la colgó en la pared del despacho de su residencia.
Durante los próximos siete años, los agentes de la inteligencia soviética escuchaban todo lo que sucedía en la sala más protegida de la misión diplomática estadounidense.
Pudieron seguir haciéndolo muchos más años, pero el micrófono fue revelado por una casualidad.
El elemento central de la operación fue un dispositivo único escondido dentro de la talla. Carente de algún cable o fuente de energía, el endovibrador , así se llamaba el mecanismo consistía en una antena, de 23 centímetros, y una cavidad con una membrana de alta sensibilidad.
Además, era totalmente pasivo y por eso no podía ser detectado en estado inactivo a través de los métodos tradicionales.
No obstante, siendo expuesto a una señal de radio de cierta frecuencia, se despertaba: la membrana resonaba y modulaba las vibraciones acústicas en radio ondas reflejadas, y se captaban por antenas instaladas en dos pisos francos de la inteligencia soviética en un edificio vecino.
Durante el período de la actividad del endovibrador, se sucedieron cuatro jefes en la Embajada de EE.UU. en Moscú. Aunque de que el lugar sufrió varias reorganizaciones, nadie de ellos decidió remover el Gran Sello tan brillante y adecuado al entorno.
De este modo, el Kremlin sabía de las decisiones de los embajadores estadounidenses antes de que estos se lo comunicaran a la Casa Blanca.