¡Feliz Navidad! ¿Qué significa esta hermosa fiesta?
Este día conmemoramos una de las fiestas más hermosas la Festividad de Navidad o Nacimiento de Nuestro Redentor; ésta, debe ser para nosotros los católicos una de las más importantes.
Por: Redacción 25 Diciembre 2024 10:24
La fiesta de Navidad es al mismo tiempo la primera y la última de las grandes fiestas de Nuestro Señor; es la última en la serie de las fiestas del año y la primera en el orden de estas fiestas, pues todos los misterios de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo suponen su nacimiento, del cual es la Nochebuena un alegre aniversario. Por lo demás podemos creer que Jesús, María y San José celebrarían mientras vivieron, todos los años, el aniversario de aquel día, como el más hermoso del año.
Ahora hagamos algunas consideraciones acerca del origen y misterio de la Navidad.
El Misterio de Navidad.
La fiesta de Navidad fue instituida por la Iglesia para honrar el “nacimiento” temporal del Hijo de Dios. Tal nacimiento acaeció (según la tradición de la Iglesia) el 25 de diciembre. El Verbo eterno, igual en todo al Padre y al Espíritu Santo, se encarnó en el seno de María Virgen, y nació en Belén, para nuestra redención. He aquí el misterio sublime que celebra la Iglesia en este día, que debe ser para todos nosotros los católicos día de exultación y de alegría.
El origen de la fiesta.
La Iglesia, ya desde los primeros siglos, vino conmemorando el gran acontecimiento del nacimiento de Jesús; pero la fiesta de Navidad se celebraba juntamente con la de la Epifanía, bajo el nombre de “Teofanía” (palabra griega que significa “manifestación de Dios”). En el año 336, el Papa Julio I fijó la fecha en que debía celebrarse la solemnidad del Nacimiento de Jesucristo, que fue el 25 de diciembre. Así la “Epifanía”, que continuó celebrándose el 6 de enero, quedó como una solemnidad distinta de la “Navidad”.
La Navidad es una Fiesta de Gran Alegría y de Paz.
Pero también para nosotros los católicos esta festividad es de una gran alegría, ya que el ángel anuncia el nacimiento de Nuestro Redentor con tres palabras: alegría grande—popular—universal. Y esto es porque, un Salvador, el Cristo, el Señor, un hermano, un amigo ha nacido para nosotros.
Esta gran alegría nos debe de llevar a dar siempre Gloria a Dios. Primero, por su bondad, por habernos dado un don tan generoso; por su caridad, ya que Dios se unió perfectamente a nuestra naturaleza; por su misericordia, pues vino a hacerse tan apto para compadecer nuestras miserias; por su poder, por el prodigio realizado, por la unión personal de la divinidad con la humanidad; por su sabiduría, que con la Encarnación ha elevado al hombre a un honor mayor que el antiguo; por su providencia, que procura a todos la luz, la fuerza y las consolaciones necesarias y útiles para nuestra salvación.
El ángel nos anuncia también la Paz a los hombres. Y esta es triple: La Paz con Dios, que se obtiene con la penitencia, es por eso Jesús nos dio ejemplo en el pesebre de Belén. Pero también debe de haber una Paz con nosotros mismos, y esta se obtiene con la humildad, y con el desapego de los bienes de la tierra. Y Jesús nos predica tanto la una como la otra habiendo escogido un pesebre, y por último debe de haber una Paz con prójimo y esta se obtiene con la caridad. Y para ello Jesucristo es amor, y el modelo de la caridad.
Texto: Mons. Martín Dávila Gándara.