En La Líber | Columna En Tiempo Real

POR el temor al regreso de Donald Trump habrá quien crea que conviene más a México que gane Kamala Harris, pero la realidad es que con ambos será complicado, en particular para Chihuahua.

Así lo expuso en la Expo Agro de Chihuahua Ildefonso Guajardo Villareal, diputado priísta, exsecretario de Economía, negociador del T-MEC con Peña Nieto y quien conoce lo que es la diplomacia de bola dura con Estados Unidos y las amenazas de aranceles.

Y lo dice alguien que conoce a Trump, que tuvo que contestar a sus aranceles contra la industria mexicana con cuotas similares pero para productos estadounidenses producidos precisamente en estados afines al Partido Republicano, al de Trump, para que le hicieran presión al entonces presidente.

De modo que tampoco los demócratas con Kamala Harris serán una perita en dulce, van a presionar con el tema del narcotráfico, los derechos humanos, la frontera por supuesto y ni qué decir del Tratado del Agua, aunque las presas estén paupérrimas en Chihuahua.

Vienen tiempos difíciles y hay que tomar buenas decisiones, recomendó Guajardo al público chihuahuense.

******

EN el caso de Luis R. Conríquez no puede argumentar demencia, pues bien sabía que en Chihuahua capital no podía cantar narco-corridos, así lo expuso Roberto Fuentes, secretario del Ayuntamiento.

Cuando se quejaba de la multa que le aplicaron, el cantante de géneros "tumbados" dijo que lo sorprendieron.

Por supuesto que ya sabía que están prohibidos los narcocorridos, no los corridos, aclaró Roberto Fuentes porque hay cantantes que quieren posicionar la idea de que en Chihuahua "no pueden cantar corridos" cuando no es así.

La multa es por narcocorridos, o bien, cualquier género pero donde se hable de apología al delito o que denigren o violenten a las mujeres, así fuera música pop, rock...

Así que prevenidos están, que no se quieran hacer patos.

******

TUMBÓ el Tribunal Colegiado de Toluca la hipótesis del segundo tirador en el asesinato de Luis Donald Colosio, dando revés al caso de la FGR, con una versión que empujó el propio presidente López Obrador.

Buscaban reabrir el caso del del mayor magnicidio de la época moderna en México con la idea de que había un segundo tirador.

Para ello la FGR pedía arrestar a Jorge Sánchez Ortega, exagente de Inteligencia del Gobierno quien fue detenido en Lomas Taurinas en Tijuana aquel fatídico 23 de marzo de 1994 porque tenía sangre en su ropa.

El caso no pasó la vara del Tribunal y fue bateado. Además la fiscalía no tiene oportunidad de impugnar y no se ve que la familia del excandidato presidencial priísta.

De modo que cerrará el sexenio de AMLO sin poder reactivar el caso, a ver si el Presidente no aprovecha para de nuevo quemar en leña verde a la tremendísima Corte y el Poder Judicial que está por cuatri-transformarse.

******