Así se elabora un flat white, bebida del Doodle de hoy

Google, decidió que este 11 de marzo le dedicaría un Doodle a la deliciosa y popular bebida: flat white la cual fue descubierta en la década de los ochenta en Oceanía, la cual se distingue por su sabor intenso y textura suave.

El flat white es una bebida muy popular hoy en día en las cafeterías especializadas, no obstante sus orígenes se remontan a principios de los ochenta en Australia en donde se elaboró a base de café, de un espresso y leche hasta formar espuma.

La principal característica a través de la cuál podrás distinguir un flat white de otras bebidas de café, es la forma en que se prepara la leche, eso debido a que se busca obtener una textura suave y sedosa, logrando un equilibrio perfecto entre el café y la leche.

Esto a diferencia del cappuccino, ya que este contiene por igual una proporción igual de espresso, leche y espuma, ya que el flat white se esconda más en la leche y la capa de espuma es mucho más delgada.

¿Qué se necesita para preparar un flat white?

• Café en grano de buena calidad: La base de un excelente Flat White es un espresso robusto y aromático. Selecciona un café con un perfil de sabor que te guste, idealmente uno que ofrezca notas complejas cuando se combina con leche.

• Molinillo de café: Para garantizar la frescura y el sabor del espresso.

• Máquina de espresso: Necesaria para extraer el shot de café.

• Leche entera: La leche entera es tradicionalmente usada por la cremosidad que aporta, pero puedes utilizar leche con menor contenido de grasa o alternativas vegetales si lo prefieres.

• Jarra para vaporizar leche: Para calentar y texturizar la leche correctamente.

• Taza para café de aproximadamente 150-160 ml: El tamaño ideal para un Flat White, ya que asegura la proporción correcta entre el café y la leche.

Así se prepara un flat white

• Muele el Café: Muele los granos de café finamente, similar a la consistencia de azúcar en polvo, pero no tan fino como para un ristretto. Necesitarás suficiente café molido para dos shots de espresso (aproximadamente 18-20 gramos).

• Extrae el Espresso: Coloca el café molido en el portafiltro de tu máquina de espresso, presiónalo de manera uniforme y extrae dos shots de espresso directamente en tu taza de café.

• Vaporiza la Leche: Llena tu jarra de vaporización aproximadamente a la mitad con leche. Inserta la varilla de vapor y comienza a vaporizar la leche, manteniendo la punta de la varilla cerca de la superficie al principio para introducir aire y crear microespuma. Luego, sumerge la varilla más profundamente para calentar la leche sin crear espuma adicional. La leche está lista cuando ha aumentado de volumen y tiene una textura sedosa y brillante, sin burbujas grandes.

• Combina y Sirve: Vierte la leche vaporizada sobre el espresso en la taza, comenzando desde un poco alto y luego acercando la jarra a la taza a medida que se llena. Para los baristas con experiencia en arte latte, este es el momento de crear un diseño con la microespuma. El resultado final debe ser una capa uniforme de espuma cremosa que cubra el café, creando una bebida suave y bien integrada.