Ellos fueron los primeros dueños de Chichen Itzá

Actualmente, Chichen Itzá es propiedad del gobierno del estado de Yucatán y es un sitio clave del turismo del país, sin embargo, las cosas no fueron siempre así ya que antes fue una propiedad privada e incluso se heredaron en más de una ocasión.

El primer dueño de esta zona arqueológica fue el arqueólogo estadounidense Edward H. Thompson, quien compró la zona a un hacendado llamado Juan Sosa por 300 pesos. Él compró el lugar ya que tenía curiosidad por lo que había leído de la historia de Yucatán.

Cuando las tierras fueron de su propiedad, se aventuró en ellas y logró encontrar en el fondo de un cenote sagrado oro, jade, joyas, esqueletos, piedras preciosas y más de 30 mil piezas mayas que después vendió. Muchos de estos tesoros hoy están en exhibición en el Museo Peabody de Connecticut.

El gobierno de México quiso expropiar la zona en 1926 pero antes de ello el arqueólogo murió y las tierras pasaron a sus herederos, quienes las vendieron a 15 mil pesos en 1935 a Fernando Barbachano Peón.

Barbachano forma parte de una de las familias más importantes de todo Yucatán, y sabía la importancia de la zona, por lo que comenzó a construir una zona hotelera y en 1944 logró que la Corte de Justicia lo reconociera como el dueño legítimo.

Las cosas siguieron así y no fue hasta el 2010 que el nieto del arqueólogo, Hans Jürguen Thies Barbachano, dio su brazo a torcer y vendió Chichen Itzá al gobierno de Yucatán por 220 millones de pesos.