El centro de la Galaxia, Camino de Leche

Por Gerardo Herrera Corral, para tiempo.com.mx / La Vía Láctea consiste de miles de millones de estrellas y un agujero negro en su interior.

“Camino de leche” es el nombre que recibe la Galaxia en que vivimos. Una parte de ella aparece ante nuestros ojos en el cielo nocturno como una banda de luz que atraviesa el firmamento. Esta visión ha inspirando desde tiempos remotos a todas las culturas que han poblado la Tierra.

Demócrito pronosticó que se trataba de un conglomerado de estrellas cuando aún no se podía observar con detalle.

Es curioso que las razones por las que Demócrito de Abdera es más recordado entre los físicos se refieran a su “mirada extendida”. Cuando aún no era posible observar el detalle microscópico de la materia Demócrito anunció que existían átomos y cuando miro al cielo para ver el camino de leche pensó que estaba hecho de estrellas. Le dio así estructura a la mancha blanca donde otros solo veían un medio continuo, asperjado lácteo sin granularidad en la oscuridad de la noche.

Ahora, cuando han transcurrido casi dos mil quinientos años de la mirada inquisitiva de los griegos que le dieron nombre, los telescopios del mundo se alinean para observar lo que existe en el centro de la espiral en que vivimos.

Un telescopio del tamaño de la Tierra resolverá la estructura que circunda al agujero negro que podría estar ahí. La capacidad del instrumento global que se logra al juntar ocho telescopios de todo el mundo podrá ver las características de ese diminuto punto en el firmamento con una resolución de 15 microsegundos de arco. Para que usted tenga idea de lo que significa esta resolución le diremos que con ella se podría ver el detalle que introduce una pelota de golf en la superficie lunar.

El agujero negro en el centro de la Galaxia debe ser enorme. Se lo ha llamado Sagitarius A* y todo parece indicar que su masa es 4 millones de veces mayor que la masa de nuestro Sol. Sin embargo el “horizonte de sucesos” donde se encuentra la frontera del agujero negro, es apenas 13 millones de kilómetros. Ese es el tamaño del agujero negro que se busca ver: diminuto en las escalas universales y desafiante para lo que está al alcance de nuestros modestos instrumentos. 

Las observaciones se llevaron a cabo durante la segunda semana de abril. Ya se analizan los datos y dentro de un año tendremos los resultados del trabajo científico. Mientras tanto nos queda la inspiración en la que siempre va envuelto el trabajo conjunto que une a los pueblos del mundo, ahora y como siempre, buscando el centro.

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El autor es Doctor en Ciencias por la Universidad de Dortmund, Alemania e investigador del Departamento de Física de CINVESTAV,  donde actualmente funge como Secretario Académico.
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